martes, 31 de julio de 2007
Cómo nació esta idea
Ellos sentían que sus trabajos no eran valorados y yo trataba de demostrar que la clase de plástica era útil y no un recreo. "Nadie ve lo que hacemos, y por eso no hacemos nada", decían. Por eso, en un intento desesperado por encontrar algo motivador e interesante, surgió este proyecto.
Con mucha ayuda y paciencia (de los que me ayudaron) abrí este blog. Aquí se alojarán los pequeños artistas anónimos que quieran que sus trabajos trasciendan las carpetas de clase. Y como todos somos educadores y educandos, propongo el intercambio e invito a todo el que se quiera sumar y dejar plasmadas ideas, proyectos o críticas (positivas y negativas). Después de todo, la vida es, hasta el final, una gran escuela en la que podemos acertar, errar y volver a intentar.
Gracias por entrar, mirar , leer y participar.
viernes, 27 de julio de 2007
Dos regalitos más
sábado, 7 de julio de 2007
Primeros dibujos. Chicos de la Escuela Santa Lucía
Franco jugó con globos en el salón

Por qué este blog
El libro decía: «Las serpientes boas tragan sus presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses de la digestión.»
Reflexioné mucho entonces sobre las aventuras de la selva y, a mi vez, logré trazar con un lápiz de color mi primer dibujo. Mi dibujo número 1. Era así:
Me contestaron: «¿Por qué habrá de asustar un sombrero?»
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudiesen comprender. Siempre necesitan explicaciones. Mi dibujo número 2 era así:
Las personas mayores me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así fue como, a la edad de seis años, abandoné una magnífica carrera de pintor. Estaba desalentado por el fracaso de mi dibujo número 1 y de mi dibujo número 2. Las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones.
Debí, pues, elegir otro oficio y aprendí a pilotar aviones. Volé un poco por todo el mundo. Es cierto que la geografía me sirvió de mucho. Al primer golpe de vista estaba en condiciones de distinguir China de Arizona. Es muy útil si uno llega a extraviarse durante la noche.
Tuve así, en el curso de mi vida, muchísimas vinculaciones con muchísima gente seria. Viví mucho con personas mayores. Las he visto muy de cerca. No he mejorado excesivamente mi opinión.
Cuando encontré alguna que me pareció un poco lúcida, hice la experiencia de mi dibujo número 1, que siempre he conservado. Quería saber si era verdaderamente comprensiva. Pero siempre me respondía: «Es un sombrero.» Entonces no le hablaba ni de serpientes boas, ni de bosques vírgenes, ni de estrellas. Me colocaba a su alcance. Le hablaba de bridge, de golf, de política y de corbatas. Y la persona mayor se quedaba muy satisfecha de haber conocido a un hombre tan razonable.
(Antoine de Saint Exupéry, en "El principito")